1.2.18

Wislawa Szymborska. Estoy demasiado cerca

Estoy demasiado cerca para que él sueñe conmigo.
No vuelo sobre él, de él no huyo
entre las raíces arbóreas. Estoy demasiado cerca.
No es mi voz el canto del pez en la red.
No rueda el anillo de mi dedo.
Estoy demasiado cerca. La gran casa arde
sin mí gritando socorro. Demasiado cerca,
para que taña la campana en mi cabello.
Demasiado cerca, para que pueda entrar como un huésped,
a cuyos pasos se abrieran las paredes.
Ya jamás volveré a morir tan levemente,
tan fuera del cuerpo, tan inconsciente,
como antaño en su sueño. Estoy demasiado cerca,
demasiado cerca. Oigo el silbido
y veo la escama reverberante de esta palabra,
petrificada en el abrazo. Él duerme,
en este momento, más al alcance de la cajera de un circo
ambulante con un solo león, vista una sola vez en la vida,
que de mí que estoy a su lado.

Ahora para ella crece en él el valle
de hojas rojas, cerrado con un monte nevado
en el aire azul. Estoy demasiado cerca,
para caerle del cielo. Mi grito
sólo podría despertarle. Pobre,
limitada a mi propia figura,
mas he sido abedul, he sido lagarto,
y salía de tiempos y damascos
reverberando con los colores de mi piel. Y tenía
el don de desaparecer de sus asombrados ojos,
lo cual es la riqueza de las riquezas. Estoy cerca,
demasiado cerca, para que él sueñe conmigo.
Escurro el brazo que está debajo de su cabeza dormida,
mi brazo entumecido, lleno de agujas imaginarias.
En la punta de cada una de ellas, para su recuento,
se sentaron ángeles caídos.


De una antología poética
    

1 comentario:

María Rodríguez dijo...

Maravillosa Wislawa, al igual que este lugar. Muchas gracias por este "palacio".
Saludos.